Epidemología y síndrome clínico.
En cuando a la epidemología podemos decir que éste es un virus de amplia distribución, estimándose que cerca del 90% de los adultos han sido infectados. Se piensa que el 70% de la población se infecta antes de los 30 años. La seroepidemiología ha demostrado que en los países poco desarrollados la infección asintomática en los primeros años de la vida es lo más frecuente mientras que, por el contrario, en los países con mejor nivel de vida muchos individuos se escapan de la infección primaria hasta la adolescencia. Cuando la primoinfección se retrasa el virus tiene tendencia a producir síntomas.
En cuanto a los síndromes se pueden tratar varios puntos.
La Mononucleosis infecciosa es la más típica forma clínica de la infección primaria por el EBV. Como sucede con los demás HV, la infección en niños es mucho más leve que la que se produce en adolescentes o adultos. El tiempo de incubación de alrededor de un mes. Después de un período prodrómico, caracterizado por escalofríos, sudoración, fiebre y malestar, se presenta la enfermedad, que en su forma más típica incluye la tríada de odinofagia, fiebre y linfadenopatías. También aparecen con frecuencia hepatoesplenomegalia y exantema. La mayoría de los casos remite de forma espontánea a las 3 o 4 semanas, aunque el cansancio puede durar un poco más tiempo. Existen algunas complicaciones importantes con alteraciones neurológicas ( meningoencefalitis y Guillain Barré), obstrucción laringea o rotura de bazo. En la gran mayoría de casos la recuperación es total mediante tratamiento sintomático.
Dado que el virus inmortaliza o transforma los linfocitos en cultivo, siempre se ha sospechado la participación de este agente en el Linfoma de Burkitt Endémico. Este linfoma endémico de algunas regiones de Africa presenta en sus células viriones y secuencias de ADN del virus. Se pensó que EBV actuaría por activación del oncogen c-myc, por la presencia de un gen en el propio del virus. Recientemente se sospecha que el papel que este virus desempeña es el de cofactor ya que en los LB esporádicos no se encuentran secuencias del virus. Parece ser que la infección por plasmodium, que produce una importantísima alteración del papel «vigilante» de los linfocitos T, puede ser el factor principal del desarrollo de este tumor en estas zonas endémicas.
La respuesta serológica característica en pacientes con Carcinoma Nasofaringeo Indiferenciado también lo ha asociado con este virus. A diferencia del LBE las células que componen este tumor, también endémico de extremo oriente, son de estirpe epitelial. Nuevamente se piensa que existe además otro factor que interviene en el desarrollo de este tumor. Los ésteres de phorbol , una hierba medicinal muy utilizada puede ser el cofactor.
Cada vez hay más pruebas de que la inmunosupresión o la alteración de la función de los linfocitos T favorece la aparición de Enfermedades Linfoproliferativas en pacientes infectados por VEB. La leucoplasia peluda de los pacientes VIH positivos es un ejemplo.
El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) con cansancio crónico, febrícula, debilidad muscular e incapacidad para concentrarse se ha intentado relacionar con este virus. La única prueba de esta asociación la constituye en una cierta elevación de los títulos de anticuerpos frente al virus. También se ha descrito este cuadro en asociación con otros virus y la importancia que el paciente dio a su enfermedad. Por todo ello no está clara esta asociación .
[Fuente: http://coli.usal.es/web/abydl/biblioteca/bibelectro.alu/documentos/protocolos3/barr/barr.html#epi]